Este blog ha sido creado por unos alumnos (Sergio Gómez, Gonzalo Alonso, Ana Martín, María Grande) de 2º de Bachillerato del colegio Claret de Segovia para poner en común una serie de experimentos que hemos realizado en el laboratorio de la asignatura de física.

lunes, 5 de mayo de 2014


Máquina Wimshurst con molinillo eléctrico

Introducción

Hipótesis

En esta práctica, al igual que en la realizada con la vela, se pretende demostrar el efecto de las puntas. Según el cual cuando los conductores metálicos terminan en punta se acumula mucha carga en estas, siendo la densidad de carga muy alta y en las proximidades se crea un intenso campo que ioniza el aire.
Ahora, pretendemos demostrar que de igual modo que se produce viento iónico sobre la llama de una vela al situarla entre dos puntas conectadas al Wimshurst; se produce al conectar a dicha máquina un molinillo eléctrico. Así pues, esperamos que al conectar el molinillo al Wimshurst este comience a girar debido al viento iónico producido.

Actividades de preparación

Para esta práctica necesitaremos la máquina Wimshurt, que utilizaremos como generador de la corriente que ionizará el aire al conectarlo a un molinillo metálico terminado en punta (donde se acumulará la carga).

Medidas obtenidas

De igual modo que en las demás prácticas hemos grabado los resultados obtenidos en el laboratorio del colegio. Y podemos observar que como habíamos previsto, tras hacer girar el disco de la máquina Wimshurst debido a la ionización del aire producido en las puntas del molinillo este comenzará a girar:


Consecuencias deducidas 

Como ya se ha explicado, y observado en el vídeo, al hacer girar la máquina y conectarla al molinillo, se produce el efecto puntas.
Por lo general, la carga se distribuye de forma uniforme por toda la superficie, pero como hemos demostrado, en zonas puntiagudas la densidad de carga es mucho mayor, ya que se concentra en dicho punto. Las cargas se escapan del metal y en su salida son capaces de ionizar el aire y de mover cosas (como el molinillo con el que hemos probado dicho efecto).


Este efecto fue descubierto por el norteamericano Franklin, ya que al parecer en una tormenta lanzó una cometa de seda con una punta metálica, y unida a un cordel de seda al que colgó una llave. Mientras el cordel estaba seco no pasaba nada, pero al mojarse hacía de conductor de la electricidad (generada por el rayo), por lo que al acercar la mano a la llave saltaban chispas. En este se basó el invento del pararrayos.

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